La Escuela de Ciencias Sociales de la UCAB apuesta por sus aportes para una renovación progresiva e integral del enfoque de sus disciplinas. Esto comprende un ejercicio ante cambios que retan la concepción epistemológica que forma parte de sus génesis. Es necesario que sus profesionales y los currículos sean partícipes de dar respuesta a al menos dos preguntas fundamentales.
Autora: Clemencia Abad
1. ¿Para qué y para quiénes formamos profesionales en las Ciencias Sociales?
Es un ejercicio esencial de la academia vincularse con los distintos sectores de las sociedades a través de sus profesionales. Quienes nos dedicamos a la gestión universitaria como docentes e investigadores/as, tenemos la responsabilidad central de ejercer la capacidad de lectura del contexto, tan complejo como pueda serlo. Esto ocurre necesariamente por enlaces con personas e instituciones, habilitando la posibilidad de obtener información sobre tendencias y necesidades que estén siendo expresadas como clave para alcanzar cambios apuntando hacia circunstancias más favorables. Aproximarse de forma analítica a esta información permite que seamos no una entidad que responde a pedido, pero sí una que brinda soluciones en las que se hayan advertido riesgos o posibilidades de innovación.
El diseño y procura de un currículo de estudios pertinente pasa por esta consulta y revisión permanente. A esto le acompañan las posibilidades de contar con recursos humanos capacitados para el desarrollo de los retos de los nuevos pensa (docentes), así como la infraestructura que pueda ser necesaria para cumplir con altos estándares de calidad en la entrega del servicio formativo.
2. Apelamos al ejercicio crítico. ¿Aplica a nosotros?
Un cuerpo disciplinar se constituye por ideas y fundamentos que delimitan su campo de acción, justificando incluso su existencia. Cuando esas ideas y fundamentos se tambalean o dejan de ser referencias para entender el funcionamiento actual de nuestro mundo (oh, Ciencias Sociales), entonces ocurren al menos dos fenómenos: nos aferramos a una discusión cuasi lucha dogmática en defensa de algo que probablemente nos hace sentir seguros/as por conocido; o bien, nos dedicamos a una exploración crítica de las circunstancias para responder a la pregunta: ¿Qué hemos hecho para entender y atender lo que ha cambiado y que, a su vez, nos invita a transformarnos?
He gustado de encontrar las relaciones que hay entre disciplinas y los resultados que surgen de los análisis transdisciplinarios de problemas por demás complejos de nuestro mundo. Contrario a discusiones anacrónicas sobre a quién corresponde, por ejemplo, estudiar el trabajo, pareciera que cada vez más estudiar una disciplina se vuelve una excusa para enriquecer la amplitud de criterio, la consolidación de redes profesionales y la transformación de los medios que hemos reconocido como válidos hasta entonces. No estoy de acuerdo cuando esta idea se plantea como un asunto que trivializa la formación universitaria, pero se ha vuelto un hecho que por ser en ocasiones desmerecido y no comprendido, es que se vuelve una de las causas de la crisis de esta institución en el mundo. Al estar segura sobre la relevancia e importancia de las disciplinas, hago la pregunta que precede a este párrafo. Pensar fuera de la caja puede considerarse un cliché, sin embargo, pensar y dialogar por fuera de los límites que hemos conocido puede ayudarnos a despertar el interés de más personas (y hasta ayudar al de uno mismo/a).
La intención ahora no es responder de forma absoluta estas preguntas, sino más bien una excusa para quizás avivar en algún espacio y algún momento la curiosidad por lo que hemos hecho y lo que en conjunto podríamos hacer. En este sentido, algunos aportes derivados de consultas a egresados/as, así como a potenciales organizaciones empleadoras e instituciones académicas en Venezuela y en el mundo, nos llevaron a considerar como habilitadores concretamente en los currículos de Sociología y de Relaciones Industriales los temas de: transformación y aceleración tecnológica; sustentabilidad ambiental; interculturalidad; diversidades, inclusión y equidad de género. Además de estos temas, la experiencia de la aplicabilidad por los y las estudiantes durante su proceso de formación universitaria se volvió una cuestión central del diseño de los currículos hoy vigentes frente a las posibilidades de empleabilidad que satisfagan necesidades presentes y futuras de las partes interesadas.
Esta aproximación nos permite además vincularnos desde el proceso formativo a través de nuestras asignaturas con discusiones globales como los temas asociados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ejemplo:
- Trabajo Decente y Desarrollo Económico (objetivo 8) e Igualdad de Género (objetivo 5) encuentran correspondencia en asignaturas de Relaciones Industriales como Teoría de las Relaciones Industriales, Prospectivas sobre el Mundo del Trabajo, y Diversidades e Inclusión en el Mundo del Trabajo.
- Ciudades y Comunidades Sostenibles (objetivo 11) y Reducción de las Desigualdades (objetivo 10) encuentran correspondencia en asignaturas de Sociología como Ciudad y Gestión Urbana, Impacto Ambiental: Enfoques y Herramientas, y Técnicas para el Desarrollo de Base.
Sin embargo, estos ejemplos nos dejan saber que no toda iniciativa de reforma es tan evidente como un vínculo por asignatura en un currículo. Contemplamos ideas más orgánicas también vinculadas a los ODS como la inclusión sistemática de perfiles diversos (por género, cultura, etc.) en los temas y las referencias de los programas de las asignaturas, un reto muy especial para nuestros docentes. De igual forma, fueron incluidas como obligatorias asignaturas vinculadas tradicionalmente a disciplinas de la rama computacional, como Fundamentos de Programación, Sistemas de Base de Datos, Inteligencia de Negocios, Aplicaciones de la Inteligencia Artificial, o Sistemas de Información Geográfica y Visual. Estas constituyen una base para que cualquier estudiante desarrolle desde su disciplina competencias asociadas al manejo de tecnologías capaces de potenciar la innovación en sus espacios de dedicación, interactuando en el camino con estudiantes de otras Facultades e intereses.
Esta es una conversación viva, no culmina en conclusiones puntuales, más la que invita a ver con una perspectiva optimista el potenciar las capacidades que podemos ofrecer desde nuestro trabajo en la Universidad.
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ACADEMIC REFORMS, SDG’s AND TECHNOLOGY
Author: Clemencia Abad
The School of Social Sciences of the UCAB is committed to its contributions for a progressive and comprehensive renewal of the approach of its disciplines. This includes an exercise in the face of changes that challenge the epistemological conception that is part of its genesis. It is necessary that its professionals and curriculums answer at least two fundamental questions.
1. Why and for whom do we train professionals in the Social Sciences?
It is an essential exercise of the academy to link with the different sectors of society through its professionals. Those of us who are dedicated to university management have the central responsibility to read the context, as complex as it may be. This necessarily occurs through links with people and institutions, enabling the possibility to gather information on trends and needs that are being expressed as key to achieving changes that could help us to get to more favorable circumstances. Approaching this information analytically allows us to be not an entity that responds with standarized solutions (a la carte), but rather one that provides them in consideration of risks or possibilities for innovation.
The design and procurement of a relevant curriculum goes through this consultation and permanent review. This is accompanied by the possibilities of having human resources capable to develop the challenges of the new pensa, as well as the infrastructure that may be necessary to meet high quality standards in the delivery of the educational service.
2. We appeal to the critical exercise. Does it apply to us?
A disciplinary body is constituted by ideas and foundations that delimit its field of action, even justifying its existence. When these ideas and foundations falter or cease to be references to understand the current functioning of our world (oh, Social Sciences), then at least two phenomena occur: we cling to a dogmatic quasi-fight discussion in defense of something that probably makes us feel safe because we are familiar about them. Or, we dedicate ourselves to a critical exploration of the circumstances to answer the question: What have we done to understand and address what has changed and which, in turn, invites us to transform?
I have enjoyed finding the relations between disciplines and the results that arise from transdisciplinary analyzes of extremely complex problems in our world. Contrary to anachronistic discussions about who should, for example, study work as a phenomenon, it seems that studying a discipline increasingly becomes an excuse to enrich the breadth of criteria, the consolidation of professional networks and the transformation of the means that we have recognized as valid until then. I do not agree when this idea is presented as an issue that trivializes the idea of what is and should be an university, but it has become a fact that, because it is sometimes undeserved and not understood, is that it becomes one of the causes of the crisis of this institution in the world. Because I am certain about the relevance and importance of the disciplines, is why I ask the question that precedes this paragraph. Thinking outside the box can be considered a cliché, however, thinking and dialoguing outside the limits we have known can help us spark the interest of more people (and even help ours).
The intention now is not to answer these questions absolutely, but rather an excuse to perhaps fuel in some space and at some time the curiosity about what we have done and what together we could do. In this sense, some contributions derived from consultations with graduates, as well as potential employer organizations and academic institutions in Venezuela and in the world, led us to consider as enablers specifically in the Sociology and Industrial Relations curricula the topics of: technological transformation and acceleration; environmental sustainability; interculturality; diversities, inclusion and gender equality. In addition to these issues, the experience of applicability by students during their university education process became a central issue in the design of the curricula in the face of employability possibilities that satisfy present and future needs of the interested parties.
This approach also allows us to link from the training process through our subjects with global discussions such as the topics associated with the Sustainable Development Goals, for example:
- Decent Work and Economic Development (goal 8) and Gender Equality (goal 5) find correspondence in Industrial Relations subjects such as Theory of Industrial Relations, Prospectives on the World of Work, and Diversities and Inclusion in the World of Work.
- Sustainable Cities and Communities (goal 11) and Reducing Inequalities (goal 10) find correspondence in Sociology subjects such as City and Urban Management, Environmental Impact: Approaches and Tools, and Techniques for Social Base Development.
However, these examples let us know that not every reform initiative is as obvious as a subject link in a curriculum. We consider more organic ideas also linked to the SDGs, such as the systematic inclusion of diverse profiles (by gender, culture, etc.) in the topics and references of each subject program, a very special challenge for our teachers. Likewise, subjects traditionally linked to disciplines of the computational branch were included as mandatory, such as Programming Fundamentals, Database Systems, Business Intelligence, Applications of Artificial Intelligence, or Geographic and Visual Information Systems. These constitute a basis for any student to develop from their discipline skills associated with the management of technologies capable of promoting innovation in their areas of dedication, interacting along the way with students from other Faculties and interests.
This is a live conversation. It does not end in specific conclusions. It pretends to be one that invites us to see with an optimistic perspective the enhancement of the capabilities that we can offer from our work at the University.
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